

La ciudad de Plasencia probablemente sea una de las mejores y más grandes sorpresas en tu visita a Extremadura.
Pese a su pequeño tamaño, esta ciudad de apenas 40.000 habitantes puede presumir de tener, entre otras cosas, dos catedrales, una bonita muralla, un acueducto medieval o un estupendo parador en un antiguo convento del siglo XV.